Una investigación descubre que la edad de los sauces enanos en los Apeninos supera los 2 000 años de antigüedad

Oct 25, 2023

Giada Centenaro, estudiante de la Escuela de Doctorado de la Universitat de Lleida (UdL) y miembro del grupo de investigación de Producción Forestal de Agrotecnio-CERCA, ha realizado un estudio junto a otros investigadores internacionales que pone de manifiesto que existen tres ejemplares de sauce enano, Salix herbacea, que tienen como mínimo 2 000 años, pudiendo llegar incluso hasta los 7 000 años de antigüedad. Este hallazgo los convierte en los ejemplares más antiguos de sauce enano de los que se tiene constancia. Incluso considerando la estimación más conservadora, estos árboles ya crecían en el Monte Prado, en los Apeninos del Norte, durante el Imperio Romano.

El artículo se ha publicado recientemente en la American Journal of Botany y parte de la premisa de que las plantas clonales pueden alcanzar grandes tamaños y ser muy longevas. Las plantas clonales se reproducen asexualmente desde una raíz, un tallo u otro órgano y son dominantes en numerosos ecosistemas del mundo. Se les llama de este modo porque los nuevos individuos que generan tienen exactamente los mismos genes que su progenitor. Investigaciones previas han determinado que en zonas frías, con condiciones climáticas difíciles, se reduce la probabilidad de que las plantas se reproduzcan sexualmente y aumentan las posibilidades de que la reproducción asexual, como la clonal, represente una buena alternativa para sobrevivir o incluso colonizar nuevas áreas.

En el caso de la Salix herbacea, el sauce enano, cada planta clonal (o “genet”) puede tener multitud de subunidades (o “ramets”) que no reflejan la edad real de cada planta clonal. Así, calcular la edad de este tipo de plantas es un reto porque no se pueden sencillamente contar los anillos de un ramet. El método más habitual es el cálculo de la ratio entre el tamaño de la planta (su radio) y la tasa de crecimiento anual longitudinal. Esto es posible porque las ramas del sauce enano crecen mayoritariamente de manera horizontal, en todas direcciones, resultando en formas redondeadas que pueden alcanzar hasta 60 metros de diámetro según el estudio de Centenaro y otros.

Este método de cálculo es una estimación indirecta y lineal, que no tiene en cuenta factores que puedan haber interferido en el desarrollo de la planta, como por ejemplo que la rompiera un animal a su paso, le cayera una piedra o se viera afectada por una temporada de sequía. Por ello, la investigadora de Agrotecnio explica que “espero que esta publicación sea determinante y sirva de punto de inflexión para mejorar el método; considerando el entorno, se podría afinar y conocer con más precisión la edad exacta de estos sauces”.

El árbol más pequeño del mundo aporta luz sobre la adaptación al cambio climático

Amplia extensión de ejemplares de Salix Herbacea en el Monte Prado. Fotografía de Alan Crivellaro.

Estos pequeños árboles que han sido estudiados se encuentran en el Monte Prado (2054 m), en los Apeninos del norte (Italia), pero la Salix herbacea, también conocida como el árbol más pequeño del mundo porque crece entre uno y seis centímetros de altura, es una especie que se distribuye ampliamente en diversas zonas del este de Norteamérica, noroeste de Asia y en Europa, más concretamente en zonas árticas y montañosas como los Pirineos o los Apeninos, siempre a más de 1 500 metros de altura sobre el nivel del mar. Por tratarse de una planta que solo crece en zonas árticas o montañosas, muy vulnerables al cambio climático, está gravemente amenazada. Según datos de 2019 del Observatorio Pirenaico del Cambio Climático, en las últimas décadas la temperatura media de los Pirineos ha aumentado un 30% más que la media mundial.

La península ibérica, la itálica y la balcánica albergan algunas de las poblaciones más meridionales de muchas plantas clonales y, entre las más frágiles, se encuentran las poblaciones de especies ártico-alpinas como la Salix herbacea. La prolongada edad y el enorme tamaño de los ejemplares estudiados por Giada Centenero y sus colegas aporta algunas claves sobre cómo esta especie vulnerable al cambio climático se ha adaptado hasta hoy, pero todavía no se ha resuelto la incógnita sobre qué pasará con ella en un escenario climático más extremo.

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