Mejorar genéticamente los árboles y realizar una transición hacia bosques de especies mixtas pueden ser medidas claves para desarrollar una silvicultura climáticamente inteligente que contribuya a mitigar el calentamiento global. Así lo afirma una investigación de la Universitat de Lleida (UdL), el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC), Agrotecnio y la European Forest Institute (EFI), que se ha publicado en la revista Forest Ecology and Management.
Después de analizar la gestión forestal en el Estado español durante los últimos 150 años, el equipo investigador apunta que habría que adaptar algunos aspectos analizados como los tipos de cortas de regeneración, los turnos aplicados o la diversidad de las especies arbóreas para aumentar la multifuncionalidad de los bosques y los servicios que ofrecen, como la fijación de carbono o el abastecimiento de agua.
Los autores de la investigación han documentado y analizado la evolución de las prácticas de gestión forestal desde la década de los años 40 del siglo XX, cuando se intensificaron tanto la reforestación de áreas boscosas como la forestación, es decir, la conversión de tierras agrícolas abandonadas en zonas arboladas. Han utilizado 11 indicadores, como por ejemplo el tipo de regeneración, la aplicación de pesticidas y herbicidas químicos, la fertilización o la retirada de madera.
Los resultados muestran que algunas decisiones han evolucionado hacia la promoción de la multifuncionalidad, como por ejemplo el cultivo del suelo; mientras otros han derivado hacia un tipo de silvicultura más intensiva para maximizar la producción. En este sentido, «el estudio muestra que los bosques de la región atlántica se gestionan de una manera más centrada en la producción, en contraposición en la región mediterránea, más centrada en la protección», destaca el autor principal, Enric Vadell.
«Entender cómo se han gestionado y se están gestionando los bosques es esencial para conocer la forma en que se han configurado los paisajes forestales actuales y cómo se podría mejorar la gestión para atender las necesidades de la sociedad ante el cambio global», destaca el profesor de ciencia forestal de la UdL e investigador de la unidad mixta de investigación CTFC – Agrotecnio, Sergio de Miguel.
El profesor de Silvicultura de la UdL, Jesús Pemán, añade que los resultados del estudio «son una herramienta para evaluar prácticas que nos acerquen a una gestión climáticamente inteligente para adaptar los bosques al aumento de temperaturas». En este sentido, la investigación propone centrar la mejora genética más allá de las especies arbóreas más productivas, en aquellas capaces de adaptarse a las condiciones cada vez más áridas de la región mediterránea. También plantea considerar especies o procedencias que pueden prosperar mejor en condiciones climáticas futuras.