Se ha observado una disminución de la fertilidad y un aumento de la producción de leche en las dos últimas décadas. La disminución de la fertilidad está asociada al progreso genético, como las mejoras en la nutrición y el manejo, que ha provocado un aumento continuo de la producción de leche. Este aumento de la producción de leche también se ha relacionado con la incidencia de las dobles partes, no deseadas en la vaca lechera, ya que provocan una disminución de la rentabilidad del ganado y de la longevidad de los animales y un aumento del uso de antibióticos. Una de las estrategias más eficaces para mejorar la fertilidad de las vacas lecheras, especialmente en las estaciones cálidas, o para reducir los partos dobles y, por tanto, las dobles gestaciones, es la transferencia de embriones. Con la transferencia de embriones, se reducirían drásticamente los efectos negativos de la baja fertilidad y el aumento de las pérdidas de gestación.
La transferencia embrionaria permitiría centrar a las terneras y primíparas en la producción de hijas de alto valor genético para la reposición, y a las multíparas en la producción de leche. Esto aumentaría el número medio de lactaciones en la explotación y el precio de los terneros vendidos. A pesar de todos estos beneficios, este sistema no está implantado en España ni en Europa. Sería necesario hacer un cambio de mentalidad por parte de los ganaderos y del mismo veterinario, para hacer un uso rutinario de esta técnica en hembras de más de dos partes en explotaciones lecheras comerciales. Esta técnica sólo podría aplicarse en explotaciones bien gestionadas, en las que se controlen otros factores que podrían afectar al proceso, como la nutrición o el estrés.