- El nuevo almuerzo informativo Breakfast4inno de Agrotecnio y el Parque Agrobiotech ha abordado los beneficios del cultivo de la camelina, como alternativa a los cereales
• Esta crucífera necesita menos inversión hídrica y tiene un alto contenido en grasas saludables
Las características de la camelina y los beneficios de incluir este cultivo en los sistemas agrícolas han centrado el debate del nuevo Breakfast4Inno, organizado conjuntamente Agrotecnio y el Parque Agrobiotech de Lleida.
Los últimos años, Cataluña se ha enfrentado a una grave situación de sequía, que ha afectado el uso del agua en los campos de regadío, la productividad y la viabilidad de los cultivos. En este contexto, la camelina se presenta como una buena alternativa al cereal, puesto que es un cultivo muy bien adaptado a los climas mediterráneos y es muy tolerante a la sequía. Necesita menos inversión hídrica para obtener rendimientos excelentes, y además, los productos obtenidos a partir de la camelina tienen un gran potencial industrial por su alto contenido en ácidos mono y poli-insaturados.
Cómo ha explicado Aritz Royo Esnal, investigador del grupo de Agrotecnio de Protección de Cultivos y del grupo de Malherbología y Ecología Vegetal de la Universitat de Lleida, incluir este cultivo dentro de los sistemas aporta numerosas ventajas. En primer lugar, tiene beneficios agronómicos puesto que, por su corto ciclo de vida, se convierte en una buena herramienta por el control de las malas hierbas y contribuye a la reducción de fitosanitarios. Es importante también el ahorro de agua de riego que necesita, puesto que en comparación con los cereales, la camelina tiene el uno mayor rendimiento con menos cantidad de agua. De hecho, se calcula que necesita 1/3 parte del agua que necesita la colza, por ejemplo.
“La camelina tiene un ciclo de vida corto, que permite fácilmente complementar con otros cultivos. Además es muy buena competidora contra las malas hierbas y su rendimiento con el riego de apoyo es excelente: hemos conseguido superar los 3.000 kilogramos por hectárea”, ha explicado Royo.
Por otro lado, el ingeniero agrónomo y director general de la empresa Roviroli SL, Joan Solé Salla, ha hablado de las posibilidades de mercado de esta crucífera. Los productos derivados que se extraen (aceite y torta) tienen una considerable cantidad de omega-3, omega-6 y también proteína.
El gerente de Roviroli ha explicado que “su cultivo tiene muchas posibilidades en la región de Lleida, pero falta que se le saque más rendimiento, nos hacen falta más salidas comerciales que valoricen el que realmente vale”. Actualmente, la torta (la harina) de la camelina se vende exclusivamente para la fabricación de piensos de cerdo y becerra, pero según Solé, “se podrían explorar nuevos mercados como los piensos para caballos, por la acuicultura, la alimentación para mascotas o la alimentación humana”. “Y el aceite, que hoy por hoy se vende como biocumbustible para la aviación, podría venderse en los sectores de la alimentación humana, los productos alimentarios, la cosmética o la farmacia”, ha concluido.
La eficiencia y la aplicabilidad del cultivo de la camelina es estudiada a través de un proyecto de investigación que lidera Roviroli y en el que participan un total de cuatro grupos de investigación de Agrotecnio: Malherbología y Ecología Vegetal, Agronomía y Medio Ambiente en Sistemas Agrícolas Mediterraneos, Unidad de Tecnologia de Productos Vegetales y Nutricion y Sistemas Ramaderos Sostenibles. Además de Roviroli, también participan en el proyecto las empresas Comercial Agrícola Perera y la empresa Cotécnica.
El fascinante mundo de las trufas, próximo debate
Con el incremento de la demanda de trufas para la gastronomía, cada vez hay más interés en el cultivo y en la venta de estas setas. Cataluña destaca por su extensa superficie adecuada al cultivo de la tubericultura, especialmente en zonas donde las actividades agrarias tradicionales afrontan dificultades. Esta industria representa una oportunidad complementaria para diversificar la economía rural. De todo hablará Daniel Oliach, jefe del Departamento de Productos Forestales No Maderables del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña a Solsona (CTFC).