Un estudio liderado por el CTFC, la UdL y la Unidad mixta CTFC-Agrotecnio-CERCA analiza la regeneración de 268 fuegos forestales a lo largo de casi tres décadas
La duración de una sequía en los meses posteriores a un incendio es el principal factor que afecta al éxito de la regeneración de los bosques mediterráneos. Así lo muestra una investigación de la Universitat de Lleida (UdL), la unidad de investigación CTFC-Agrotecnio-CERCA y la Universidad de Zaragoza recién publicada en la revista Fire Ecology.
El equipo ha estudiado la recuperación de la vegetación en 200.000 hectáreas de Catalunya, Aragón y la Comunidad Valenciana quemadas por 268 incendios forestales durante un período de 27 años, entre 1988 y 2015. Los resultados alertan de que el escenario podría empeorar con el cambio climático, incluso en las zonas más húmedas.
Los investigadores, encabezados por Miguel Ángel Blanco-Rodríguez, doctorando del CTFC y profesor asociado de la UdL, han utilizado series temporales de imágenes por satélite multiespectro (Landsat) para calcular la tasa de recuperación vegetal cinco años después de cada fuego. El análisis se centra en aquellos incendios forestales que habían afectado a más de 50 hectáreas, ya que representan la mayor parte de la superficie total quemada durante el período estudiado. El objetivo principal era evaluar la importancia sobre la regeneración de los bosques de la severidad del fuego, el clima posterior y la topografía, teniendo en cuenta también los diferentes gradientes de aridez del área de estudio.
De los datos que ofrecen las imágenes del satélite, los expertos se han centrado esta vez en el análisis del brillo de los píxeles (Tasseled Cap Transformation Brightness-TCTB) incluidos dentro de los perímetros de los 268 incendios; antes, durante y después de cada catástrofe. Cada píxel representa un cuadrado de 30 por 30 metros. «Los terrenos sin vegetación tienen un brillo más alto y, a medida que se va recuperando la cubierta vegetal, los niveles bajan», explica Blanco-Rodríguez, que ha realizado el trabajo con otros miembros del Grupo de Investigación sobre Gestión Adaptativa y Dinámica Forestal (ADAPTAFOR) de la UdL.
Los resultados del estudio revelan que en el 99,7% de los modelos la duración de la sequía ha sido el factor que más ha perjudicado a la restauración de la cubierta vegetal tras un incendio, sobretodo en las áreas semiáridas y en las húmedas. También demostraron que la segunda variable más relevante en la regeneración tras un incendio forestal sería la severidad. «En zonas semiáridas, la recuperación se ha visto afectada negativamente por el aumento de la severidad del incendio, mientras que en zonas subhúmedas y húmedas el efecto fue lo contrario», recogen en las conclusiones.
El equipo considera necesario prestar especial atención a la regeneración en los bosques distribuidos en ambos extremos del gradiente climático: las zonas semiáridas y las húmedas. «Nuestro estudio destaca el papel clave que juega la duración de la sequía en la recuperación de la vegetación durante los primeros años después de un incendio forestal en la cuenca mediterránea occidental y, en particular, en los bosques situados en zonas climáticamente extremas», subraya el investigador de la UdL y CTFC-Agrotecnio-CERCA.
Además, «los resultados sugieren que la creciente recurrencia de períodos de sequía extrema asociados al calentamiento climático, junto con una mayor frecuencia e intensidad de los grandes fuegos pueden modificar la estructura y la composición de los ecosistemas forestales mediterráneos, limitando la capacidad de recuperación de la vegetación y comprometiendo la futura resiliencia de los bosques», advierte Blanco.
Texto: Premsa UdL / CTFC / Agrotecnio · Imagen: M.A. Blanco
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