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Agrotecnio y la UdL consiguen el apoyo del Departamento de Agricultura para llevar a cabo un proyecto demostrativo para estudiar y promover este cultivo oleaginoso.
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Esta actividad está cofinanciada por la UE a través de la intervención 7201 del Plan Estratégico de la PAC 2023-2027.
La camelina (Camelina sativa) es un cultivo oleaginoso tolerante a la sequía y de ciclo corto, bien adaptado a los sistemas mediterráneos de secano. Se perfila como una alternativa viable para campos con disponibilidad de riego suplementario. El aceite y la torta obtenidos de la camelina tienen un gran potencial industrial debido a su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, antioxidantes y proteínas. Aunque su implantación en sistemas de regadío en Cataluña aún no está ampliamente explorada, este nuevo proyecto demostrativo, financiado por el Departamento de Agricultura, pretende demostrar su viabilidad aplicando riego en momentos clave del crecimiento del cultivo.
El cultivo de la camelina no requiere maquinaria especial, pero los agricultores aún muestran reticencias debido al desconocimiento de sus características y su productividad relativa en comparación con otros cultivos. A pesar de ello, presenta varias ventajas, como su capacidad de germinar en condiciones secas gracias al mucílago que exuda, lo que le permite retener la humedad del suelo y favorecer el enraizamiento.
En cuanto a la productividad, en campos de secano los rendimientos pueden oscilar entre 600 y 2.400 kg por hectárea, con un rendimiento medio de unos 1.500 kg por hectárea. La variabilidad en la producción depende principalmente del régimen de lluvias durante la primavera y de las temperaturas máximas entre la floración y la madurez fisiológica. La aplicación de riego en momentos estratégicos, como al inicio de la floración, podría aumentar la productividad hasta un 25%, asegurando una cosecha rentable y sostenible.
Además, la camelina probablemente requiere menos agua que otros cultivos de invierno y, en principio, presenta una baja necesidad de fertilización, pudiendo aprovechar fertilizantes orgánicos como el purín de cerdo o de vacuno. Su ciclo más corto en comparación con los cereales de invierno y la colza permite mayor flexibilidad en la fecha de siembra y minimiza la competencia con otros cultivos.
También destaca por su resistencia natural a plagas y enfermedades, lo que reduce la necesidad de aplicar fitosanitarios, disminuyendo así los costes de producción y favoreciendo un modelo agrícola más sostenible.
Este proyecto demostrativo se desarrollará en diferentes campos de Cataluña con diversas dotaciones y sistemas de riego (secano, riego por inundación y riego por aspersión) para evaluar su viabilidad y promover su integración en la rotación de cultivos.
Con esta iniciativa, se pretende dar respuesta a la necesidad de adaptar la agricultura a un contexto de cambio climático y escasez hídrica, ofreciendo a los agricultores una alternativa eficiente y rentable para garantizar la sostenibilidad de los sistemas de regadío en Cataluña.
El proyecto está financiado bajo la Intervención 7161 – Ayudas para la ejecución de proyectos demostrativos de la Asociación Europea para la Innovación en materia de Productividad y Sostenibilidad Agrícolas (AEI-Agri), en el marco del Plan Estratégico de la PAC 2023-2027.